lunes, octubre 27

Reconozco que no soy diestra en esto de olvidar. Más en octubre donde los árboles mudan sus hojas a otros vientos. La tarde fría se diluye en el café que inquieta mis nervios por rescatar algo entre las páginas de los libros que no he terminado de leer.
Me resuenas entre las sienes con sonidos auxiliares a las notas musicales de mi soundtrack personal.
Comienzo a soñarte despierta, como rescate del sueño al inminente insomnio.
Me retiro del letargo y sonrio al mirarte hacia adentro.
Corrígeme si me equivoco, ¿será que entre las nostalgias de octubre sigo incluyendote en mis conversaciones?
Convirtiendote en palabras comunes, me curo de las perversiones de mis deseos.

Jicameztli

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