domingo, abril 17

de mi soundtrack personal

Me lleno de canciones todos los días, amanezco con música, me muevo con música, me duermo con música, sueño con música y a se van acumulando en pilas altísimas canciones tristes, felices, desesperadas, esperanzadas, y montones de etcéteras.

Hay algunas con historias buenísimas, de esas que cuentas desde los primeros acordes, las traes de regreso a un presente tan absoluto como cuando ocurrieron, muchas de estas canciones dieron pauta a recuerdos esenciales y aparecen como buenas sorpresas.

Otras canciones (las menos, para ser sincera) dan paso a historias menos felices, esas que desgarraron un tantito mi corazón y dejaron cicatrices de guerra, cuyos recuerdos son igual de recurrentes, pero menos afortunados.

Otras tantas no han vuelto a sonar en mi vida, ni el estéreo, ni el playlist, ni en mi cabeza, son notas y acordes clausurados que arden en las grietas de mis heridas que encuentran confort en otras canciones o en el silencio.

Últimamente me he inclinado por las nuevas canciones, esas que con un poco de suerte y tal vez, esfuerzo, son materia prima de nuevos recuerdos, algunas contaran historias de telenovela, otras más felices y otras (porque mi mundo no ha logrado ser perfecto) se quedaran escondidas en el desván de mi censura.