Stars- Simply Red

Que fácil es crearte de nuevo!! Tu historia, nuestra historia puede resumirse en un par de canciones, quizás más.

Cuando sucede (eso de crearte de nuevo) me quedo reproduciendo una y otra vez los días y las noches que nos componen en un escenario casi perfecto hace ya seis años.

Fuiste más que todas las canciones que te regalé, las letras que te dediqué, los minutos pequeñitos contigo.

Me dueles poquito todavía, así como pa´recordarme que todavía tengo corazón. Un pequeño residuo entre la maraña de dudas y miedos que voy cargando con la edad. No te creas, a mi también me sorprende saber que todavía tengo suspiros con tu nombre.

Manteniendo un poco el misterio, me dispuse a escribirte en clave. Ya sabes... usando esas imágenes que solo tu y yo conocemos, en pos de salvaguardar un secreto que hasta este momento no termino de comprender. Y es que hace tanto que no hablaba de algo tan real, tan palpable, se vuelve tan verídica nuestra historia, más que cuando pretendemos escribirla, en arena, para que el mar de nuestros miedos la borre a la primera provocación.

Sonrío discreta cuando mencionan tu nombre, a pesar de que mis mejillas y mis temblores me pongan en evidencia, es como tratar inútilmente de esconderte en la más violenta de mis indiferencias, pero aún así, te me sales de los ojos, en mis miradas dulces y mis palabras suaves. Tanta ternura no se puede esconder.

Con todas las ganas que me cargo de ser feliz me acostumbraré al sol desmañanado que entra por mi ventana, al viento azotado que sopla acá en el octavo piso, a los "buenos días" sinceros, a las palabras de aliento, a los primeros acordes de mis canciones favoritas, a los detalles bonitos, a los recuerdos alegres, a las calles sin tráfico, a los descansos de fin de semana, a las serenatas, a los conciertos eufóricos, al café mañanero levantamuertos, a los panes de dulce, a las cocas bien frías, a los besos robados, a los cariñitos, a los regalos envueltos en papel fantasía, al frío vespertino como-pa-abrazar, a los encuentros inesperados, a las sonrisas nerviosas, al amor, a los lugares comunes...

el lado izquierdo de mi cama...

Hay espacios sin llenar entre el buró del lado izquierdo de mi cama y la almohada donde recargo la cabeza antes de dormir... desierto inmenso, kilómetros de distancia. Escondidos entre los pliegues de las cobijas estan: minutos contados en reversa, angustias suprimidas con diálogos de telenovela, polvo de estrella vieja, aromas familiares que se guardan celosamente, tú en pedacitos casi impercetibles. Rodeo el campo abierto de mi media cama con mi brazo, esperando combinarme en el paisaje, sin salir de mi mundo. Sonrio y cierro los ojos esperando conciliar el sueño.

Esto es así, simple.
Como que no quiere la cosa, una se va descubriendo más o menos lúcida, conforme va agarrando sueño.

De las letras que salen mis dedos cuando no estas...

Lo que son ganas de recordarse solita. Razones para estar triste sobran debajo de la almohada. Entre las 24 horas de mi día, se asomaron un par de minutos cubiertos de ti con todo y sus consecuencias. Suspiros largos, ganas de estar contigo, continuos reclamos de parte culpígena que abrazaste con ternura la última vez que estuvimos juntos. De pronto, desaparecieron (junto con mi sonrisa) el día y la noche, las estaciones del año, los alegres momentos, mi mas íntima motivación. Me detuve en el tiempo que no ocupas (o mas bien ocupas pero el otro lado del mundo que esta de aqui a dos ejes) y suspiré, así tan hondo pa´que llegara hasta allá donde tu estas, igual de solito. Qué ganas de estar contigo!! Acostumbrarme a los miedos compartidos.
Y la tristeza ocupó todo ese espacio que no habitas hoy viernes por la noche...

damn! no se me ocurre nada...

We never change - Coldplay

Se van por mis espirales algunos intentos de escape

-Resuelvo misterios- te dije con toda la seguridad de que no te atreverías a preguntar.

Sin miedo volteaste para encontrarte en mis ojos y descubrir que mentía.

A unos tres años de aquel tristísimo momento, me encuentro aquí, despidiéndome de ti, entonada en la música de mis pretextos, para no escapar.

We never change, do we?
We never learn, do we?

We never change - Coldplay

Mis letras bajo el efecto del miolastan.

Justo cuando abrí los ojos, entre los dos arcos que forman las ventanas de mi pared izquierda, que dan al pequeño jardín, ahí estaban, cargando en sus lomos, dos hormigas rojas, una llevaba una pequeña hoja y la otra una migaja de pan. Su trayecto hacia abajo, directo a la mesita de noche se convirtió en una gran travesía que duraría un par de horas antes de que conciliara el sueño. Reflejado en el espejo de la pared de enfrente pude ver ese espectro que se dibuja en mi cara y se traduce en insomnio eterno al compás de un blues enfermo y aturdido. Tanto ruido se esconde entre los silencios de las 3 de la mañana entre un crujir de la casa y un grillo que se perdió en algún rincón de la recamara. No hay luz, por lo menos no de la que se proyectaba desde la lámpara del buró antes de las 12 de la noche, solo alcanzo a percibir el destello rojo del despertador conectado en el enchufe que está justo al lado de la cama. Cierro los ojos otra vez y me transporto a un lugar más iluminado, donde las lámparas de noche y el azul/verde de mi jardín me observan mientras duermo, por fin, con el blues apagado, cuando las hormigas concluyen su viaje.