domingo, febrero 15

¿Sabes que a pesar de que conozco tus defectos, aun así eres perfecto? Me jacto de ser la persona más cuerda de la habitación al mencionarte entrecomillado para no delatarme en el rubor de mis mejillas, mis afirmaciones son terribles cuando las incluyo en mi inventario de emociones fuertes, como cuando conduzco el jicamovil a gran velocidad, o como cuando me subí a la montaña rusa una noche de feria de Chapultepec. Asusta saberte tan dispuesto a quedarte conmigo que prefiero no resolver el crucigrama de la situación hasta estar segura de que conozco todas las palabras. ¡Qué ganas de ser feliz a tu lado! Y el desencanto viene después cuando te encuentro dispuesto a serlo al fin y al cabo conmigo sin un “nosotros”.