
Un par de minutos, 120 segundos de intolerancia maldita y alergia a las hojas/cartón de mis letras, leña para calentar un poco la sala ahora que el frío toque mi puerta. Sucede que entre las horas que acumulo debajo de los párpados se han colado un par de jóvenes minutos. Mis ojos no salen en los retratos desde entonces.
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