jueves, mayo 30

Mis insomnios son tardes de domingos aburridos.


El ritual inútil para antes de dormir: el té de yerbas, el comprimido de Zolpidem, lavarme los dientes, ponerme la pijama, decir mis oraciones.

Comienzo entonces a acomodarme. Inician las vueltas en la cama, mismas que después de octubre se han vuelto más cuidadosas y menos frecuentes. Duermo ligera, sin calcetines ni edredones pesados, del lado derecho de la cama, el izquierdo es reservado y solo invadido en ocasiones.

Procede un espacio de unos 15 minutos o más en buscar figuras en el tirol del techo.

Después del ejercicio de imaginación, comienzan los ensayos mentales de conversaciones que nunca tendré, como cuando le pido un aumento a mi jefe, o como cuando te digo que he decidido dejarte. Ninguno jamás tendrá espacio en un plano real, o por lo menos compartido.

Calculo unos 40 minutos desde el té y el zolpidem. En la caja de comprimidos se aconseja tomar la dosis en cama, debido al efecto casi-inmediato (15 minutos según las instrucciones). Yo tardo más. Veo el reloj del buró para confirmar mi cálculo.

Me paro al baño.

Regreso, prendo la luz de la lamparita y leo. Mi concentración es casi nula, tardo varios minutos y varias reversas para pasar una página. No entiendo. Leo de nuevo. No entiendo. Leo de nuevo. Entiendo a medias. Me conformo. Mañana lo leeré de nuevo para entender mejor. Apago la luz

Paso una hora y media totalmente estéril. Me levanto de la cama y prendo un cigarro a lado de la ventana.

Las conversaciones ficticias regresan en respuestas posibles de mis interlocutores. Mi jefe no solo aumenta mi sueldo, me da una promoción, una oficina nueva  y 20 días extras de vacaciones, o me despide. Tú me pides que no te abandone –abro los ojos abruptamente-

Prendo otro cigarro.

En cualquiera de los escenarios (con mi jefe o contigo) termino huyendo de la ciudad o del país hacia un lugar en donde me cambio el nombre y empiezo de nuevo. Ampliando mi ejercicio de imaginación.

Han pasado 90 minutos desde la última vez que ví el reloj.

El zolpidem es una promesa no cumplida.

Yo comienzo a acercarme al espiral de la sumisión onírica cuando comienza la etapa filosófica-existencial de mi noche de insomnio. El conteo de minutos se frena en un espacio/tiempo inverosímil donde desde las 11 de la noche a la fecha han pasado millones de años (o tardes de domingo) y comienzo a cuestionármelo todo.

Me deprimo y lloro

Dentro del llanto y los lamentos, logro conciliar el sueño y mi corazón, esperando que el descanso no solo sea físico.

Suena el despertador. 5:30 am. Frío matutino y laboral.

Bueno.  Al menos se acabaron los domingos.


viernes, enero 18




Eran como las 2 am de un miércoles del 2006. Veníamos sobre el periférico. Me quité los zapatos para descansar de los tacones que literalmente me obligaste a usar esa noche. “Es que me gustas cuando te ves más alta que yo” decías. 

Bowie era de las cosas que más se escuchaban cuando iba contigo. Yo cantaba quedito y tu solo tarareabas.

“I've never done good things, I've never done bad things, I never did anything out of the blue”

Yo dormitaba mientras tú manejabas de regreso a casa. Cerraba los ojos y agarraba fuerte tu mano, mientras te pedía que manejaras despacito.

Cuando llegamos a casa, y después de despertarme para bajar del coche, soltaste un “¿Y si nos casamos?”… No me acuerdo que contesté…

viernes, octubre 12

Oxala, que a vida me corra bem, oxala. oxala, que a tua vida tambem...



Me llueven los ojos desde hace mas o menos dos semanas... Me asusto fácilmente y busco rinconcitos seguros en los abrazos que he recibido los últimos días. Recibo y transmito amor bien puro, limpiecito, como hace mucho no lo hacía. Creo que hasta respiro mejor...


domingo, septiembre 2



“¿Cuales de todas tus cosas no compartirías conmigo?” soltaste la pregunta sin ningún preludio. Estábamos tendidos en esa alfombra gris de gusanitos en donde me perdía desde hace unas semanas. No estuve nunca sorprendida por tus preguntas. Habíamos llevado ya unos meses en la dinámica de tus preguntas curiosas y mis animadas respuestas.
Me vinieron en rush todas ellas, como un gran formulario de aplicación para un empleo. La primera que hiciste después de 5 años de no vernos fue “¿porqué te alejaste?” Mi respuesta a esa pregunta fue automática, pero bien pensada finalmente, sin titubeos contesté “Nomas, por supervivencia”, y me pareció haber satisfecho tu curiosidad.
Muchas de las preguntas que me haces guardan filosofías orgánicas. No he descubierto el hilo negro hasta ahora. Y creo que en algún momento ya estaba preparada para responderte.
Otras que haces abarcan un infinito de respuestas que lo único que atino es a quedarme callada, suspirar, pedir 5 minutos y cerrar los ojos. Luego te me quedas viendo, por segundos que duran siglos y dejas de insistir que conteste.
Creo que esas respuestas son las que no comparto, esas que se me hacen polvo y desgaste. Y entonces me callo, suspiro, pido 5 minutos y cierro los ojos… Acostada en la alfombra de gusanitos grises volteo y ya me observas unos segundos..

lunes, junio 11







Sacándole un poco de provecho al insomnio que se esta haciendo habitual los domingos para amanecer lunes (culpemos pues a la sobredosis de cafeina en la sobremesa de la comida familiar y los excesos del fin de semana) me encontré con esto.
La historia de esta canción es muy simple, me remota a una etapa de mi vida en que mis desvelos eran acompañados por radioactivo en la radio y una versión mas joven de mi misma viviendo en el cuarto de servicio, fumando a escondidas, que estudiaba la preparatoria.
En aquel entonces tomaba clases de francés por las tardes, las cuales -en mi memoria- eran tardes de calor y flojera después de comer.
Un día, mi clase fue interrumpida por un chico que al parecer, se había equivocado de salón, pero su aparición brevísima díó motivación a mi espiritu adolescente para asistir a clases.
Creo que lo ví solamente un par de veces, no recuerdo ni siquiera haber hablado con el, no supe su nombre y sin embargo a más de 10 años de distancia de ese momento, escucho esta canción y me acuerdo de él.
Cabe mencionar que no supe el nombre de esta canción hasta hace escasos 15 minutos. Lo único que sonaba en mi cabeza era la voz de Adam Duritz y busqué por mucho tiempo en las canciones de los Counting Crows la musica que resonaba en mi memoria.
Haciendo un uso ocioso del insomnio con nombre y apellido que me aqueja hoy en día, puse un playlist del youtube para agarrar sueñito. El piano del inicio removio entonces mis archivos mentales y me regaló a las casi 4 de la mañana Chelsea haciéndome sonreir recordando a aquella que dejé de ser hace mucho tiempo.
Siempre he adorado las sorpresas de madrugada. Esta, sin duda, ha sido una maravillosa.

martes, noviembre 22

1. Estuve en un concurso de stand-up comedy, yo iba muy ilusionada, porque había preparado un gran número, y psicológicamente preparada para la audiencia. Imaginé que el lugar estaría repleto de gente, la sala era grande, grandísima. Cuando llegó mi turno, me mandaron a un cuarto bien solito, frente a una camara. Me apaniqué, pedí que se me diera la oportunidad de presentar mi "chou" en público y en eso desperté.

2. A raíz de un video que publicó un amigo en facebook, me puse a revisar cosas de Les Luthier, no me acordaba lo mucho que me divertían. Y ahora quiero verlos en abril que vienen. Dice Juanita que cobran como divos. Yo si pago por verlos.

3. Tuve un sueño premonitorio, (no es el del concurso mencionado en el punto 1) y me siento responsable de lo sucedido (bueno, no, pero si) All apologies, si aplica.

4. Para las noches de insomnio, hay un montón de remedios, todos los aplicamos el domingo, finalmente no se cual fue el que funcionó mejor. Me acuerdo que después de haber puesto una de mis canciones de cuna (Protection de Massive Attack), me dió sueñito. Me acurruqué junto al otro insomne y dormí un ratito. Luego me despertó In Your Eyes del Peter Gabriel en una versión que no conocía. Sonreí con la bombardeada de flashbackasos que me trajo el Gabriel y luego volví a dormir otro ratito. Finalmente me despertó un dolor agudo en la boca del estómago.

5. Compre en el seven un Snapple buenísimo y más barato que el Te verde con miel Arizona que habitualmente consumo. Toda una fiesta de sabor en mi boca.

6. El jueves es Pearl Jam, hace poco vi PJ20, que bonito esta! Bueno, en general los soundtracks de las peliculas de Cameron Crowe.

martes, septiembre 13

Debo confesar, estoy en la mejor disposición de pretender que no pasa nada, así todo vacío todo limpio, hoja blanca, como la que no he tenido desde hace mucho, muchísimo tiempo.
Han pasado meses desde la explosión. Figuraban en el aire montones de recuerdos quemados por el accidente, como hojas encendidas desvaneciéndose antes de llegar al suelo, con eso amortiguaban su caída. Yo sonreía mirando alrededor, sorprendida por la vanalidad de ser demasiado joven o demasiado vieja para sostener el escenario. Liberación pura. Llegaste a finales de julio del 2010 (si, mentí cuando dije que no sabía la fecha exacta) en mi momento de mayor esplendor, ese que no ha regresado desde entonces. Arrebataste con violencia el bienestar conocido por uno nuevo, muy bizarro. Duramos más de lo que los protocolos dictan, coincidimos malamente mas de un encuentro casual y de pronto nos envolvimos en la cotidianeidad de quien comparte una cama por mucho tiempo, tu lado izquierdo, mi lado derecho, tu afán de ocupar cada centímetro de mi casa cuando yo era quien habitaba la tuya.
Ayer caminé por todo el departamento, saqué fotografías mentales de cada espacio testigo de un nosotros, juntos. Conté los pasos que hay de la puerta de donde dejo mi coche al edificio, de la entrada a la puerta, de la puerta a tu cama, de tu cama al baño y así... Sigo teniendo noches con tu nombre, duermo abrazada al fantasma que nunca fuiste y que habita en el lado izquierdo, tu lado izquierdo y concilio un sueño triste habitante del futuro sin ti.

jueves, julio 7

de todas mis interpretaciones...




...concluyo: hoy quiero dormir muchas noches contigo de aqui hasta agosto. Mañana no sé.