sábado, diciembre 20

Suelo ser muy tosca en mis confesiones. Te diría tal vez que las cosas son más sencillas de lo que parecen pero al final del día me arrepiento de la mayoría de mis aseveraciones. No es que me arrepienta de lo que diga, es más bien la sensación de no haber sido tan clara como quisiera.
Hace unos días mientras ponía en orden mis ideas al calor de un cafecito vespertino me acordé de las cosas que no te he dicho. Mejor dicho, de las cosas que te he dicho esperando esconder de forma moderada (porque eso de ser hermética nomás no se me da) lo que realmente quería decir. Y así se pasan los días buscando la mejor forma del decir sin parecer tan vulnerable.
A pesar de todo, sigo conciliando el sueño sin problemas, creo que el día (o la noche) que el insomnio decida acompañarme buscaré nuevas formas para decir lo que creo que siento.
Mientras, sigo sin confesarme.

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